Volvemos a la carga tras unos cuantos días sin escribir por problemillas varios (estuve malita la semana pasada y con pocas ganas de escribir).
Este fin de semana hemos estado en Toledo con motivo del Corpus y de reunión familiar. Es una fiesta curiosa, para mi gusto un poco catetilla. No me gustan nada las flores de plástico con que adornan la ciudad, aunque sí que me gustan los faroles en medio de los toldos y los tapices colgados alrededor de la catedral pero creo que necesitan una buena restauración porque están tan desgastados que en muchos casos casi es imposible ver lo que representan.
Pasamos un buen día en el que el calor no nos abandonó, la procesión la vimos desde el balcón de la casa de Pilar y después estuvimos viendo la marcha militar en la plaza de Zocodover donde todos los balcones estaban adornados con banderas ofreciendo una visión multicolor. Comimos y demasiado en el restaurante Los Cuatro Tiempos al ladito de la catedral, estaba muy bien. Nos dieron una mesa redonda en la planta baja en el hueco de la escaleras, así que casi parecía que estábamos sólos. Comimos tres entradas a compartir (medallones de foie con una crema de cebolla, huevos rotos con migas, queso de cabra frita con croquetas de verduras sobre una salsa de miel) y yo de plato principal hojaldre de lubina y papillote de verdura (casi no puedo terminar el plato, llenaba muchisimo), Pedro tomó magret de pato con mandarina. De postre tomé dulce de queso con salsa de frambuesa y Pedro una crema de avellana.
En cuanto a libros leídos en estos últimos días:
Un arma en casa de Nadine Gordimer
En cuanto al resto, el fin de semana anterior (2-3 de Junio) estuvieron en mi casa mi padre y Victoria a su paso desde Pamplona donde fueron para el examen de acceso a la universidad de Navarra. Con ellos fuimos el domingo por la mañana a la feria del libro donde durante estos días nos hemos comprado otros cuantos:
Películas vistas (las que más me han gustado son 'En la ciudad', segunda vez que la veo y 'Días de agosto'):
En cuanto a libros leídos en estos últimos días:
Un arma en casa de Nadine Gordimer
" Sin embargo, el temor acompaña a lo desconocido. El temor les llegó como una droga, aunque no procedente del botiquín de ella caminaron con calma sin nada que decirse por los pasillos de los juzgados, Harald dejó pasar a Claudia con la cortesía de un desconocido cuando encontraron la puerta, entraron y avanzaron de lado torpemente para sentarse en los bancos. Incluso el olor del lugar era como el de un país extranjero al que hubieran sido deportados. El olor a barreras de madera pulidas y suelo encerado. Las ventanas coronaban la pared hasta el techo, como reflectores inclinados. Los uniformes los llevaban unos hombres con la impersonalidad de los miembros de un culto, todos ellos intercambiables. Había unas pocas figuras sentadas ahí cerca, el mismo tipo de gente que mira desde los bancos de los parques o se tiende boca abajo en los jardines públicos. El pensamiento huye de lo que tiene delante, como hace un pájaro que ha entrado volando en un espacio cerrado, debe de haber algún agujero por donde salir. Harald se dio de bruces con la presencia del colegio, demasiado lejano para recordarlo de modo consciente: el olor institucional y la madera dura bajo las nalgas. Incluso topó con el nombre de un maestro: nada del pasado podía ser más remoto queTambién finalicé el primer libro de las Memorias de ultratumba de Chateaubriand en la edición bolsillo . Me está gustando sobre todo cuando se introduce en los tiempos de la revolución. También su visión de América en su primer viaje de juventud.
este presente.
(...)
La violencia fortuita de las calles nocturnas que habían esperado leer en el rostro desconocido del mensajero formaba parte de los riesgos posibles en ese lugar, junto con otros más generales, como el de contraer una enfermedad, no realizar una ambición, perder el amor. Aquellos que son responsables de una existencia admiten que la exponen a todo esto. Matar a una mujer en un arrebato de pasión celosa, el mero hecho de que se les ocurriera -con vergüenza, aceptando su banalidad periodística- suponía permitir incluso que la misma naturaleza de esos actos pudiera romper los límites de ese contexto vital.
(...)
Anduvieron hacia su coche a través de la monótona extensión de la ciudad, separados y unidos de nuevo por la acera que se ensanchaba y estrechaba en función de otras personas que vivían su vida, de las mercancías esparcidas de los vendedores, apiladas en pequeñas pirámides de verdura, chicles, gafas de sol y ropa de segunda mano, los fogones de gas en que se freían salchichas como fragmentos curvos de tripas humanas. "
En cuanto al resto, el fin de semana anterior (2-3 de Junio) estuvieron en mi casa mi padre y Victoria a su paso desde Pamplona donde fueron para el examen de acceso a la universidad de Navarra. Con ellos fuimos el domingo por la mañana a la feria del libro donde durante estos días nos hemos comprado otros cuantos:
- 'El tambor de hojalata' de Gunter Grass
- 'Virginia Wolf. Biografía' de Quentin Bell
- 'Caperucita en Manhattan' de Carmen Martín Gaite
- 'León Bloy. Diarios' de León Bloy
- 'Thomas Mann. La vida como obra de arte' de Hermann Kurzke
- 'Vida de Rainer Maria Rilke. La belleza y el espanto' de Antonio Pau
- 'Cuentos (Ernest Hemingway)' de Ernest Hemingway
Películas vistas (las que más me han gustado son 'En la ciudad', segunda vez que la veo y 'Días de agosto'):